miércoles, 31 de octubre de 2012

ENTREVISTA: Helena Gil


Helena Gil Sedano,
estudiante de 5º de arquitectura

                                                    



¿Por qué decidiste estudiar arquitectura?
La verdad es que lo tenía muy claro en bachiller. En mi familia nadie lo comprendió porque no hay ningún arquitecto. Se supone que es una carrera muy vocacional y yo estaba convencidísima. La verdad es que no tengo una razón, se me metió en la cabeza y aquí estoy.

¿Qué es lo mejor y lo peor de esta carrera?
Lo peor sin duda, las noches sin dormir. Lo mejor, la satisfacción de entregar un proyecto después de tanto tiempo trabajando en él.

¿Qué le dirías a un futuro alumno?
(Risas). ¡Esta es la más difícil! Le diría que le van a volver loca durante la carrera.

¿Cómo ha evolucionado tu manera de ver la arquitectura desde primero hasta hoy?
Te fijas más cuando vas por la calle; Esta escalera no es cómoda, esto qué mal queda, yo lo habría hecho de otra manera... Eres crítico con lo que ves. Lo más importante es que el edificio funcione para su uso, sea cómodo. Todo lo demás empieza a ser subjetivo, es cuestión de gustos.

¿Cómo ves tu futuro dentro de la arquitectura?
Pues con la crisis que hay, bastante negro. No hay trabajo y si quieren contratar a alguien, quieren que tenga experiencia. Es la rueda de siempre: no tengo trabajo porque no tengo experiencia y no tengo experiencia porque no tengo trabajo.
 

domingo, 14 de octubre de 2012

Cómo hacer una trenza





 

 
Frutos secos, manzanas y uvas de La Rioja, hojaldre y mucho cariño; esta es la receta para una trenza perfecta. Es un postre muy saludable y fácil de hacer, aunque yo siempre digo que no todas las manos son iguales. Por esta razón tan importante he centrado el reportaje en las manos de quien cocina.
Un buen cocinero tiene muchas capacidades que a la hora del resultado final no se aprecian a simple vista. Es en el proceso cuando uno se da cuenta de que hay un fondo fundamental y que sin él sería imposible disfrutar de ese fin. Lo primero es el orden, la organización, la medición perfecta y a partir de ahí, la limpieza, la atención y sobre todo el cariño que se le pone en cada pequeño paso para que todo salga a la perfección.
El verdadero secreto de un cocinero se esconde en sus propias manos.

lunes, 8 de octubre de 2012

1 DÍA, 1000 FOTOS

Levanto la persiana: hola Iturrama, manifestación ikastola, cielo con nubes.
Cuarto desordenado, prisas en el piso, desayuno en el salón con Susana Griso.
Cojo la bici en el balcón y dejo la cámara mientras bajo al portal. Reflejo de la bici en el vidrio, detalle de una rueda. Voy bajando a la uni: fotos en movimiento, campus, árboles, gente pasando.

Entro en la uni: bicis aparcadas, más bicis, boca de arquitectura, bedeles (hoy el simpático), reprografía, el cura, pasillo, escaleras y por fin talleres. 1,2,3,4 y 5 (se hace largo). Todavía no hay mucha gente. Maquetas de trabajo, papeles, muchas bolsas.
Llegan los profesores y el taller se divide en 4 grupos de personas muy atentas. Otros trabajan alrededor.

A las 10 se desayuna de nuevo (no puede faltar un viernes la napolitana y el colacao), la cafetería está a tope.
El vestíbulo no deja de ser transitado, hoy estamos todos.
Conferencia a las 12, se apaga la cámara.
Hoy comemos en la uni. Paseo hacia comedores, hace sol, muchos grupos diferentes, río sadar (huele muy mal), no demasiada cola, toca ensalada rica. 

Vuelta a trabajar, hay que enseñar algo decente. Más maquetas, más planos y más gente en el taller. Las tardes se hacen muy pesadas cuando no se duerme la noche anterior. Caras cansadas, mucho movimiento, por fin me critican.

Hoy me voy contenta de la escuela. Cojo la bici para ir al polideportivo. Bedel muy simpático (me abre la puerta grande). Llego un poco tarde, dejo la cámara, 15 flexiones.
Ya de noche vuelvo a casa. Ahora no hay nadie en el campus. Tranquilidad, perros, fresquito.
Estoy demasiado cansada así que guardo la cámara, ceno un poco y me voy directamente a la cama.